






La radioterapia actúa donde el ojo no alcanza. Para representar esa precisión invisible, el símbolo parte de haces de energía que convergen en un punto central: el paciente. Un sistema visual que traduce el espectro electromagnético en diseño, combinando ciencia y sensibilidad. El gradiente —entre azules y magentas— sugiere movimiento, cuidado y transformación. La tipografía, sobria y contemporánea, refuerza una voz profesional y cercana. El resultado es una identidad que no solo representa una especialidad médica, sino una forma de mirar, con enfoque y humanidad.