


Después de cuatro participaciones en el Mundial de Clubes, Rayados ya no era solo un equipo local: era un referente internacional. Sus colores, su nombre y su estilo de juego se reconocían más allá de México. Para celebrar ese legado, construimos una campaña que elevaba la emoción al contar historias desde otros continentes, donde el club ya formaba parte de la conversación del mundial.